Para llegar al Passadís hay que ir hasta el Pla de Palau, una plaza que, en la Barcelona del s.XVI, se convirtió en la única puerta de entrada a todo lo que llegaba por mar.
Por ello, en aquella época, Pla de Palau era conocida como la plaza principal de la Barcelona comercial, ya que aquí se vendían todos los productos frescos que venían de ultramar. IV siglos más tarde, en 1979, Joan Manubens, recogió el espíritu de la plaza y decidió abrir un restaurante sin carta de platos y con dedicación exclusiva a los productos frescos que llegan cada día al puerto de Barcelona. Pero Joan justo empezaba en el mundo de la cocina, así que la primera responsable de cocina sería su madre, la excelsa cocinera, “Señora Pilar”.
Solo quedaba ponerle nombre al restaurante y decidió llamarlo “Passadís del Pep”, en homenaje a su hermano Josep, que fue quien le empujó y ayudó en los inicios de esta aventura.
Abrimos con un menú de 125 pesetas. Desde esos días, y perennemente observados por los muros auténticos de la Barcelona romana, por el Passadís han pasado miles de clientes y amigos que lo han ayudado a convertirse en uno de los restaurantes de cocina mediterránea más emblemáticos de la ciudad.